viernes, 22 de junio de 2012

Día 1: Calentando motores


Los mineros leoneses han conocido hoy la dureza que les espera durante los próximos veinte días: carreteras interminables, sol de justicia apretando desde el cielo y piernas que, en muchas ocasiones, no están tan en forma como sus mentes. 

Preparados para iniciar la marcha

Los cerca de medio centenar de hombres que salieron en torno a las diez de la mañana de Villablino se enfrentaron pronto con la dureza, y es que no fue fácil despedirse de sus seres queridos que atestaban entre aplausos las calles de la capital lacianiega. Algunos intentaban como podían contener las lágrimas mientras un coro de mujeres, de rodillas, y frente a una imagen en madera de la Virgen entonaban el himno a Santa Bárbara con la intención de que la patrona guíe los pasos de los mineros en su marcha hasta Madrid. 

Una coral de mujeres entona el Santa bárbara en la despedida

La Policía Municipal de Villablino se cuadra al paso de los mineros


Los primeros minutos tras salir de Villablino estuvieron plagados de bromas. Algunos de ellos se acababan de conocer, otros comparten tajo y horarios de trabajo, pero todos tienen algo en común: mucho ánimo por conseguir que esta movilización sirva de altavoz a sus problemas. Buscan que la sociedad entienda su situación y comprenda que su lucha es justa. Solo así podrán ganarse la complicidad de la sociedad, imprescindible para forzar al Gobierno a dar un giro a la situación actual. 

La dura ascensión a La Magdalena


Pasado El Villar de Santiago, pocos pueblos se encontrarán los mineros a su paso en esta primera etapa. De hecho, unos kilómetros más allá se las tendrán que ver con el Puerto de La Magdalena, que separa las comarcas de Laciana y Babia. El sol apretaba y la carretera empinada no parecía tener término, por eso se hizo necesario el primer reparto de las botellas de agua mineral donadas por 'Aguas La Virgen del Camino'. Un último empujón y la comitiva hizo cima, aprovechando este momento para reponer fuerzas con la comida.

Reponiendo fuerzas


Los enormes bocatas de jamón, una barra entera de pan para cada uno, fueron donados por la Taberna Barros de Villablino, que es una de las empresas que están colaborando desinteresadamente con la Marcha Negra. Mientras unos comían, otros aprovechaban para hacer estiramientos, comentar la subida con los compañeros o, incluso, para descansar deleitándose con las vistas de la montaña occidental leonesa.

Las piernas se resienten

Haciendo estiramientos mientras se habla por teléfono


Por delante solo quedaba una ligera bajada hacia el pueblo de Murias de Paredes, que esta noche actuará de refugio para la expedición. A su llegada un grupo de vecinos, liderados por su alcaldesa, les esperaba para darles el recibimiento oportuno y animarles a no flaquear en su protesta hasta conseguir una solución.

Recibimiento en Murias de Paredes


La primera noche los mineros la pasarán en el centro de Turismo Rural 'El Urogallo', los más privilegiados sobre el colchón de una cama en las habitaciones y, los últimos en llegar, compartiendo suelo en la sala de estar. 

Entrando al CTR 'El Urogallo' para ducharse y preparar las camas


De cena, les espera 'caldereta omañesa', la misma que preparaban los pastores de la zona cuando necesitaban un buen tentempié. Correrá a cargo del Ayuntamiento de Murias de Paredes, que ofrecerá cena y desayuno a los mineros como la mayoría de los Ayuntamientos donde haga parada esta marcha. Todos dispuestos a colaborar menos uno, curiosamente, la capital de la provincia, cuyo equipo de gobierno se ha negado a suministrarles algo de cenar alegando motivos económicos. 

Mañana tocan otros 25 kilómetros de marcha, entre Murias de Paredes y Riello, con parada para almorzar en El Castillo.  

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