sábado, 30 de junio de 2012

Día 9. La Marcha Negra se tiñe de amarillo

La marcha de los mineros asturianos y leoneses hacia Madrid sigue siendo negra, al menos por dentro, porque hoy le tocó revestirse del amarillo fluorescente de los chalecos reflectantes, indispensables para circular por el arcen de la autopista del noroeste, la A-6. Cosas de la operación salida: para evitar que el aumento del tráfico provocado por los que estos días se dirigen a sus destinos vacacionales (muchos de ellos, 'huyendo' de Madrid) sumado a la marcha negra colapsase la Nacional VI, se desvió a los mineros por la autovía. Ningún problema. Todos los caminos llevan ante el Ministerio de Industria

Hoy a los mineros les tocó madrugar un poco más, ya que a las 6:15 de la mañana salían del polideportivo de Benavente para desayunar en el Restaurante Palas, situado a la salida del muncipio zamorano, a unos 3 kilómetros de dónde había hecho noche. Después de un tazón de café con leche acompañado de magdalenas para entonar el cuerpo, llegó el momento de prepararse de verdad para la marcha

Café con leche y magdalenas para coger fuerzas

Y es que la ruta por autovía obligaba a realizar algunos cambios en el avituallamiento. La primera parada iba a tener lugar a 10 kilómetros de Benavente y los mineros llenaron sus mochilas de agua, barritas energéticas, fruta y chupachuses para mantener el hambre a raya y evitar que las fuerzas flaquearan. Además, el que quiso pudo completar el desayuno con una ración de embutido, un puñado de frutos secos o un pedazo de chocolate. Con las pilas cargadas, y después de que algunos pasaran revisión a sus heridas de guerra en la ambulancia de la Cruz Roja, la Marcha Negra se puso en movimiento en dirección a la autopista

Había que rellenar la mochila para aguantar el camino

 Mejor prevenir que curar

 Los mineros, uniformados de amarillo, listos para arrancar

Pero antes de incorporarse a la autovía, a los mineros les esperaba una sorpresa. En la última rotonda del pueblo, los mismos trabajadores de 'Interpanel' la empresa local en suspensión de pagos que ayer se unían a la marcha en su entrada a Benavente, salían a despedirlos. Los mineros valoraron el gesto y el madrugón de sus compañeros de sufrimirnto, y, cachas en alto, unieron sus voces al grito de '¡Interpanel, solución!

Los trabajadores de 'Interpanel', despidieron a los mineros

Y finalmente se incorporaron a la autovía. Precediéndoles, un vehículo de Protección Civil con varios operarios se encargaban de ir sembrando conos al paso de los mineros para señalizar la marcha. Por delante, casi 30 kilómetros de asfalto duro, en linea recta y sin una sola sombra que hiciese más llevadero el camino. A primera hora de la mañana el sol no apretaba mucho y la columna minera avanzaba a buen ritmo. 'Será porque vamos por la autovía' decía uno, cuando su compañero le comentaba que estaban marcando un ritmo de 6 kilómetros a la hora, más rápido incluso de lo previsto. Pero si algo malo tiene la autovía es su monotonía: ningún pueblo en el que sentir el calor de la gente, solo asfalto y, como mucho, los pitidos de los camiones y coches que adelantaban la marcha. De algunos vehículos incluso asomaban cabezas que, a toda velocidad, lanzaban gritos de ánimo a los mineros. Estos agradecían el gesto cacha en alto

 La Marcha Negra circulaba hoy por el arcén de la autovía

Cachas en alto para saludar a los coches

Un paisaje muy distinto al de las cuencas


Cualquier cosa servía para paliar el tedio de la autovía: desde ver saltar una liebre en la cuneta hasta calcular el ritmo de la marcha  gracias a los indicativos de los puntos kilométricos. Unas señales, que también permitían a los mineros comprobar cuanto trayecto les queda hasta Madrid. Cada vez que veían uno, sabían que estaban un kilómetro más cerca de su destino. 'Hoy nos hacemos 250 del tirón y nos dejamos 9 para entrar mañana tranquilamente en Madrid', bromeaba un minero de Laciana. Por cierto que los mineros incluso se inventaron un juego para pasar el rato; cada vez que se topaban con una de las señales provisionales que protección civil iba dejando a su paso para indicar la marcha gritaban '¡Señal!', y todos la golepaban con la cacha. A falta de quitamiedos que martillear, imaginación

 Madrid cada vez está más cerca

La autovía condujo la marcha hasta un área de servicio cercana a la localidad de San Esteban del Molar. Quince minutos de parada que los mineros aprovecharon para tomar un pequeño almuerzo, realizar estiramientos o protegerse del sol que empezaba a apretar. A alguno incluso le tocó pasar por el puesto de la Cruz Roja. El asfalto empezaba a pasar factura a muchos pies




 
Estirar bien los músculos evita problemas

 El asfalto pasa factura...

... y el sol también

 Es la hora del almuerzo

Y otra vez de vuelta a la autovía, ahora con el calor apretando más fuerte. Más ánimos desde los coches, más golpes a las señales para pasar el tiempo y de vez en cuando algún chascarrillo a costa del ministro Soria para animar la marcha. Así, paso a paso, la marcha llegó a Cerecinos de Campos, el úníco pueblo que los mineros atravesaban en toda la jornada y donde fueron recibidos casi como héroes. Y es que la lucha minera ha llegado hasta el mismo corazón de Tierra de Campos, donde se encuentra enclavado Cerecinos, una comarca que como recuerdan sus vecinos 'también se muere'. Por eso la marcha minera ha traído una luz de esperanza a este pueblo de tan solo 350 habitantes. Entienden su causa y no dudan de su éxito. 'Están luchando por lo suyo y lo van a lograr', decía un anciano. 'Todos teníamos que hacer lo mismo, son un ejemplo', comentaba la dueña del mesón del pueblo. Los mineros aprovechaban la sombra de las casas para descansar sentados en la acera antes de emprender el tramo final hasta Villalpando



Los vecinos de Cerecinos de Campos animan a los mineros

 Hay que aprovechar la sombra

Un recibimiento que se repitió cinco kilómetros más adelante, en Villalpando, donde los vecinos se echaron a la calle para animar a los mineros. Estos les correspondieron entonando el Santa Bárbara y lanzando una salva de proclamas en las que se acordaban del Ministro Soria o del mismo Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Nadie en Villalpando quiso perderse la llegada de la columna, ni siquiera los más mayores. Una octogeneria deseaba suerte a los mineros desde la puerta de su casa visiblemente emocionada. 'Lleva toda la mañana esperando a que lleguen', comentaban sus familiares. Eran algo más de las 12 y media cuando los mineros entraban en el gimnasio del colegio Virgen Inmaculada del pueblo para asearse y prepararse para pasar la noche

 La Marcha Negra llega a Villalpando
 Una anciana no puede contener la emoción al ver a los mineros

A pesar de lo duro de la etapa las fuerzas de los mineros aguantaron bien. No se puede decir lo mismo de la moto de uno de los agentes de tráfico. Algo le debía de pasar en el motor, porque cada poco se paraba y obligaba a su conductor a esperar a que se enfriase. 'No sé si aguantará', bromeaba él. 'Tienes que comprarte otra' le gritaba un minero desde la columna. '¡Calla!' le contestaba un compañero 'No des ideas, que esas cosas luego nos toca pagarlas entre todos'. El que también iba en moto, pero con menos problemas, era Santi, un Asturiano que está siguiendo la marcha desde el Principado y que hoy tampoco faltó a su cita. Para los mineros, ya es casi uno más

La moto de la Guardia Civil casi se queda por el camino
  
  Fiel a su cita, Santi estuvo un día más junto a los mineros

A los mineros les esperaban muchas sorpresas en Villalpando. Muchos familiares aprovechaban la tarde del sábado para visitarlos, especialmente a los asturianos. Además, una empresa precisamente de Asturias  los agasajó con una tradicional espicha en la que no faltó el pulpo, la música ni, por supuesto, el componente fundamental, la 'sidrina'.
 
  Preparándose para pasar la noche

Mañana domingo otra etapa dura, casi 37 kilómetros entre Villalpando y Mota del Marqués, ya en la provincia de Valladolid, en la que alternarán la autovía con los caminos de tierra anexos a ella, parando en las estaciones de servicio a recuperar fuerzas. Y es que la Guardia Civil quiere liberar la A-6 de congestiones en el día más complicado de la operación salida de vacaciones. Desde la organización de la marcha han aceptado colaborar siempre y cuando los caminos alternativos permitan la circulación de las ambulancias y las furgonetas de avituallamiento y apoyo. En caso contrario saltarán a la autovía. Los mineros y su lucha, son lo primero
 




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