miércoles, 27 de junio de 2012

Día 6. Con esta temperatura, firmamos hasta Madrid

37 kilómetros por delante después de una noche dura. 70 mineros precisaron atención médica principalmente por heridas en los pies y un polideportivo, el Margarita Ramos, que parecía un horno, sobre todo después de una jornada, la quinta, con temperaturas abrasadores. Sin embargo, nada de esto, ni tampoco el cansancio acumulado, parecían importar a los casi 200 mineros que a las siete de la mañana se habían librado ya de las caras de sueño y ya estaban listos y dispuestos para emprender la marcha. Con buena lógica, se optó por el madrugón. Esta sexta, era la etapa más larga y todos querían evitar a toda costa el sol de primera hora de la tarde. Sin embargo, los protagonistas hoy eran otros. Los precursores de esta marcha negra. Los pioneros que en 1992 caminaron por primera vez hasta Madrid para reivindicar un futuro para las cuencas mineras."Está claro que la historia se repite, parece que no hubiéramos avanzado nada". Lo decían los 60 'veteranos' que quisieron colaborar participando en una etapa con sus herederos en la reivindicación. Fotos para el recuerdo. También con algunos periodistas que dejaron constancia de aquella batalla. Todos con 20 años más. Y algunos, reconocían, que con 20 kilos más, "pero con el mismo espíritu reivindicativo".



Los mineros de la marcha del 92 antes de la salida


Liturgia minera antes de partir la marcha


Y como pistoletazo de salida no podía faltar el homenaje. Dos filas de veteranos. Una frente a la otra. Y bastones en alto, cruzados, formando un pasillo que fueron atravesando uno a uno los casi 200 mineros que llegarán a Madrid. Una liturgia minera, que es algo más que un modo de motivación, de animarse mutuamente para afrontar una caminata en la que la cabeza a veces pesa más que las piernas.



Camisetas con mensaje para el Gobierno


La columna minera sale de León


A las 7 de la mañana, poca gente por las calles de León


Desde ahí, directos a las calles de León escoltados por la Policía Local. Poca gente. Solo algún madrugador  por Fernández Ladreda y curiosos asomados a las ventanas. Todos aplaudían. Los vehículos pitaban. Pero primaba el silencio. Conversaciones en grupo de los mineros y algún grito-reproche para el ministro Soria. Ya lo tiene patentado un trabajador de la Vasco. La rotonda del 'Reino de León' les despide. Será la última curva que vean los mineros prácticamente en las ocho horas que les quedaban por delante. Aunque las rectas del polígono de Onzonilla también estuvieron a punto de dar un susto cuando un camión que saludaba se arrimaba demasiado al arcén contrario al de los mineros y a punto estuvo de volcar.



Algunos buscaron lugares privilegiados para saludar a los mineros


Las tres primeras horas de la marcha fueron casi un bálsamo después de lo de la jornada anterior. Cielo nublado y ligera brisa. "Esta temperatura la firmamos hasta Madrid", decía un minero en la fila. "Tres veces la firmo yo por si una no vale", remataba otro. Así fue hasta la primera parada para el avituallamiento. Fue en Cembranos. Y el pueblo recibió a la columna minera con aplausos pero también con lluvia. Solo fueron unas gotas, pero suficientes para meter el miedo en el cuerpo a los mineros que saben que pies mojados son sinónimo casi seguro de ampollas. "Parece que el ministro también nos ha puesto en contra el tiempo. Ayer 40º y hoy lluvia", comentaba otro del grupo de la Hullera.

Finalmente, todo quedó en nada y en Cembranos hubo tiempo de sobra para reponer fuerzas con fruta, agua y también Sidra, que para eso hay asturianos. Bueno... para reponer fuerzas y para dejar una buena caja al restaurante del pueblo. Cuando la columna reemprendía la marcha, el dueño miraba las mesas de la terraza repletas. Trabajo extra para recoger, pero con la sonrisa en la cara.



Primer avituallamiento en Cembranos



                                     
Cualquier lugar es bueno para estirar las piernas


Los kilómetros hacen mella y aparecen los calembres


Desde ese momento, el sol empezó a aparecer. Bochorno y rectas interminables con los mineros arrinconados en el arcén, saludando a los vehículos que pasaban. Casi todos lanzaban gestos de ánimo. Aunque a quien más animaron los mineros fue a un hombre que detuvo su actividad desbrozando hierbas al borde de la carretera, para saludar puño en alto y a voz en grito a los mineros. "Tu sí que vales", le devolvieron. También hubo sorpresas en el camino. Como la de un trabajador de una gasolinera, antiguo trabajador de las cuencas y que conocía a algunos de los veteranos caminantes que habían bajado al tajo del ya cerrado pozo Calderón. Conversaciones cruzadas sobre Fórmula 1 y Fernando Alonso. Y también sobre el partido de semifinales de España.



Un minero saluda a un viejo amigo, ahora trabajador en una gasolinera


Los mineros reciben el apoyo de los vecinos de Villalobar


Para algunos, la carretera se iba haciendo larga. En algunos teléfonos sonaba como tono de llamada la música de aquella película 'El último mohicano', casi una metáfora de estos caminantes que acumulan en sus piernas ya casi 150 kilómetros. Para entonces, las ambulancias y los vehículos de apoyo presentaban overbooking de pasajeros. Muchos preguntaban cuantos kilómetros quedaban. La etapa se hacía larga, pero la segunda parada en Villalobar sirvió para descansar los pies y coger nuevos bríos. Quedaban algo más de ocho kilómetros hasta el final de la etapa en Villamañán. 


Los sanitarios tuvieron trabajo extra


Los mineros aprovechan las paradas para relajar los pies


Los mineros analizan la repercusión mediática de la marcha


Abandonando la rectilínea N-630, desde lo alto de la pasarela. Más ánimos de los vecinos de Villamañán y la vista, a tiro de piedra, del final del camino. Un camping al que llegaron como salieron, pero devolviendo el homenaje. Bastones en alto de la tercera marcha negra, y por debajo los 60 mineros de 1992. De ahí, al césped, buscando la sombra y a reponer fuerza con bocadillos. Después toca estirar los músculos y curar heridas.


Recibiento a los mineros a su llegada a Villamañán


Tras la durísima etapa, toca recuperar fuerzas


 Mañana la marcha continúa hacia el sur. Los mineros dirán adiós a tierras leonesas.

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