martes, 3 de julio de 2012

Día 12. Y la marcha negra cruzó el Duero


A las 5 y media de la mañana se toca diana en la ciudad andante de los mineros.
No es, en todo caso, sonora. Es visual. Y de impacto. De golpe, se encienden las luces del pabellón y se rompe la oscuridad de la noche y el sueño del durmiente.

El desayuno es ligero. Hoy tocó café con leche y un "sobao". De propina, rosquilla.


Las primeras calorías del día


Sorbos de café en la mañana. Los reflectantes hacen por anticipado su labor


"Ciudad Minera" vuelve a desmantelarse

Poco después de las 7, la marcha negra abandonó Tordesillas, que, sin duda, dejó un excelente sabor de boca a los mineros por su hospitalidad. Por delante, 26 kilómetros.
Los más tocados, antes de dar sus primeros pasos, hacen cola para ser atendidos por los equipos de la Cruz Roja que acompañan a la marcha.


La marcha reinicia la ruta


Cruzando el río Duero


Quitar y poner conos en la A-6 para seguridad de los mineros también cansa

A primera hora, se tolera la manga larga. Pero, poco a poco, el sol se va dejando notar y se hace imprescindible aligerar vestimenta y empezar a acudir con frecuencia al botellín de agua.

La etapa transita entre pinares, campos de cereal y viñedos. Nos aproximamos a Rueda, capital del vino verdejo, y eso se nota. Trabajadores de las bodegas se asoman al arcén para aplaudir a la columna minera.


Entramos en territorio vinícola...pero la marcha sólo bebe agua


También hay que aliviarse. Rápido, por supuesto

En Rueda, la marcha incorpora dos peregrinos singulares, los líderes nacionales de UGT, Cándido Méndez, y de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo. Se unen para hacer los últimos doce kilómetros.


Entramos en Rueda, capital del verdejo


Saludando a los mineros


Parada y unas piezas de fruta


"¡Alguien se olvidó un paragüas en el bar!"

Pese a lo que pudieran hacer pensar las apariencias, nos cuentan que el robusto ugetista suele caminar varios kilómetros casi a diario. "Está bastante preparado", dicen compañeros de su entorno. Existen más dudas sobre cómo se comportará su homólogo de CCOO.


Toxo y Méndez, de caminata


El asturiano Villa (SOMA-FIA-UGT) anduvo, pero, a diferencia de en Rodiezmo, no habló

Para satisfacer cualquier tipo de curiosidad morbosa, cabe decir que la pareja llegó al alimón, guardando la imagen, aguantando el tipo y, de paso, pusieron término a su día de convivencia con los mineros con unos breves, pero intensisimos discursos, en un escenario habilitado en la Plaza Mayor de Medina del Campo.

Pero, antes, los vítores y el reconocimiento popular lo pusieron los medinenses. Su afecto y calor fue tan indubitable como sincero.


Apoyos por lo alto


Y por lo bajo, a pie de calle


Y, de nuevo, por todo lo alto

Probablemente, si hay una consigna que se lleva la palma es el grito de guerra de "Dadles caña". En muchas ocasiones, con la coletilla y el añadido de "a estos cab....".

Es la constatación de que, para un importante segmento social y de la clase trabajadora, los mineros encarnan (más allá de que se esté o no de acuerdo con el fondo de su conflicto laboral) unos valores de lucha y de plantar cara a quienes toman medidas por decreto. Sin duda, por cierto, los más combativos en sus proclamas, los más mayores.

Alcanzada la Plaza Mayor de Medina, la marcha fue recibida por la corporación municipal, su alcaldesa y varios concejales. Se dejaron ver algunos políticos. También leoneses.

Los discursos de Méndez y Toxo pusieron fin a la Cara A de la jornada. La B es -casi seguro- menos intensa, menos vistosa y mediática, pero igualmente importante.


Escuchando el discurso de Toxo


Los obreros, también obnubilados por el discurso del sindicalista de CCOO

Tarde de reposo en el Pabellón Municipal "Barrientos", encargado de acoger por unas horas a los nómadas mineros.


Marcos, de la Vasco, y su hielo en el tobillo

La etapa de mañana, miércoles, será de las consideradas largas. Hay cierto respeto en la marcha, porque, además, se prevé una subida de las temperaturas. El calor es mal amigo de la marcha negra, pero el peor enemigo es el asfalto. Ya habrá ocasión de extenderse en próximas jornadas acerca de este extremo, pero lo cierto es que el duro e insensible asfalto está siendo capaz de doblegar (jornada sí, jornada también) algunos físicos acostumbrados a trabajar en la mina en condiciones realmente duras.



En unas horas, comenzará la incursión por tierras abulenses y se despedirá a Valladolid provincia, tierra de fuertes encontranazos y áspera rivalidad con León. No en esta ocasión, que ha ofrecido su sonrisa y su abrazo.

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