domingo, 8 de julio de 2012

Día 17. Al final del túnel, llegó la luz de Madrid

Ya estamos en tierras madrileñas. Atrás quedaron León, Zamora, Valladolid, Ávila y Segovia. Aunque sobrados de ánimo, los mineros necesitaban un empujón final y éste ha llegado con los primeros pasos en la Comunidad madrileña.

Restan poco más de 40 kilómetros hasta el fin de trayecto. Y sólo dos días de caminata.

San Rafael se despidió con la misma hospitalidad con la que recibió a la marcha negra. Esta población segoviana mostró su cara más amable a la marcha negra y el buen ambiente fue la nota dominante desde el primer al último minuto.

Aportó, de paso, algunas muestras singulares de solidaridad, como la visita de Óscar Sancho, segoviano de pro y líder del grupo de heavy metal Lujuria. Significado por su compromiso con las causas sociales, Óscar quiso acercarse a saludar a los mineros y decirles que los "chicos del metal" también están con ellos.


Óscar, del grupo metalero segoviano Lujuria, con el "heavy" de la marcha negra, Juanjo, de Palencia

Otra de las presencias llamativas fue la del alcalde de Páramo del Sil, Ángel Calvo, del Partido Popular, circunstancia ésta que no le ha resultado un impedimento para ser más que crítico con su propia formación política y posicionarse del lado del carbón desde el primer segundo.

Ataviado de un mandil, colaboró como el que más a dar de cenar a los mineros en San Rafael.


El alcalde de Páramo del Sil ayudó en la cena y dirigió unas palabras de apoyo a los comensales

Llegada ya la mañana del domingo, los caminantes volvieron a pisar la carretera poco antes de las 7:30 horas.


Aún no había salido el sol y los mineros preparaban ya sus pies para partir

Apenas dos kilómetros después de la salida, llegó uno de los hitos de la etapa: el túnel del Guadarrama. Fueron poco más de tres kilómetros atravesando las montañas por uno de los túneles auxiliares de la autovía A-6, reservado para ayudar a descongestionar el tráfico en los días de mayor acumulación de vehículos en la carretera.


A punto de entrar en el corazón de la montaña


Todo un hito en el camino. Los mineros también aprovecharon para sacarse fotos


Y el túnel del Guadarrama se comió a la marcha negra

En cierto modo, tuvo mucho de metáfora: la de un colectivo de trabajadores que, tras avanzar en la negritud y la oscuridad, quieren volver a ver la luz del sol.


Caminando a través de las tripas del Puerto de Guadarrama


Hoy el grupo de Laciana marcó el ritmo


La luz al final del túnel

Tras salir, de nuevo, a la superficie, la marcha negra ya recibió un anticipo de lo que estaría por venir, pues, pocos centenares de metros después, aguardaban varios cientos de compañeros, familiares y simpatizantes con su causa que les esperaban con pancartas, banderas y gritos de ánimo junto a un pequeño motel de carretera. Fue el lugar donde se aprovechó para recuperar algunas fuerzas.


Y, al final, vieron la luz...


Superado el túnel, había casi doscientas personas esperando para vitorearles


Alguna de ellas, incluso, estuvo en la marcha negra de 1992


En los veinte minutos de parada, cualquier sitio es bueno para descansar

De vuelta al asfalto, para enfilar empinadas pendientes hacia la población de Guadarrama, donde se produjo un espectacular recibimiento que vino acompañado de mucho más. Al paso por esta localidad madrileña, centenares de personas se adosaron a la cola de la columna minera, que multiplicó su longitud y pasó de apenas doscientos caminantes a casi 1.500.


Llegando a la población de Guadarrama



Los moteros también animaron


E incluso los ciclistas


La marcha negra pasó muy cerca del Valle de los Caídos, dos símbolos de dos mundos radicalmente opuestos

Con la columna estirada por esta adhesión popular, los mineros entraron en Collado-Villalba, fin de la etapa de hoy. La llegada tuvo algo de apoteósico y mucho de emocionante. No sólo por los vecinos de esta industrial población madrileña, sino por el hermanamiento entre unos y otros.


Espectacular recibimiento en Collado-Villalba


Nadie se queda impertérrito ante los caminantes

Ya, junto al polideportivo que, a esta hora, cobija a la marcha negra, los mineros quisieron devolver el gesto de confraternización de los muchos que quisieron recorrer con ellos estos últimos kilómetros. Y así, no dudaron en realizar un pasillo con las cachas en alto por el que desfilaron los centenares de anónimos caminantes de la segunda mitad de la etapa de hoy.

El guiño cómplice fue devuelto. Inmediatamente, esta pequeña marea de andarines hizo un pasillo final para homenajear a los mineros, que, con el corazón encogido, dieron sus últimos pasos del día.


Los mineros fueron agradecidos con sus acompañantes del día


Y la marea popular devolvió el gesto

Finalmente, la etapa entrañó cierta dureza, por lo que la tarde ha sido de completo asueto, más necesario, aún si cabe, teniendo en cuenta que la etapa de mañana será, de nuevo, de las consideradas largas: unos 35 kilómetros hasta Aravaca.


Alfredo fue el masajista más demandado. Se hizo cola para ser atendidos expresamente por él a la vista de su gran destreza.


Cuando acabó, este voluntario se fue a su trabajo en un hospital para discapacitados psíquicos


Hoy se hace noche en el polideportivo Kike Blas, dedicado a un jugador de voleibol de Villalba fallecido hace unos años


El pabellón dedicado a él acogió a los andarines


Iñaki descansa y se entrega a la lectura. Durante la marcha, está leyendo "Las uvas de la ira", de John Steinbeck

Ya se huele Madrid y, de momento, el sabor de boca en estas tierras no es tan amargo como alguno pudiera pensar en un principio.

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